El 1 de octubre de 1915, el SCALA pasa a llamarse ESMERALADA, después de un silencio de tres años.

En el marco nacional Victorino de la Plaza (1840-1919) era el presidente. En orden internacional el mundo estaba convulsionado por la primera guerra mundial.

En la imagen siguiente se puede notar los cambios que se produjeron en la fachada del teatro después de las refacciones realizadas antes de la apertura.

Teatro Esmeralda

El periodismo de la época coincidía en anunciar que en la noche del estreno, el ESMERALDA –ex SCALA– se encontraba muy reformado. Lucía un decorado en tono claro y muy elegante en su sencillez. El número de localidades había tenido modificaciones; contaba con trescientas dos plateas y una cantidad considerable de palcos, pero no tenía paraíso ni tertulia.

La Compañía Librey presentaba “Mom Bebé” (“Baby Mine”) de la escritora neoyorquina Margaret Mayo, con arreglo de Hennequin. Esta obra había sido dada anteriormente en los teatros españoles de Buenos Aires con el título “Lluvia de hijos”.

El periodismo también comentaba, que la nueva administración se proponía cultivar un género divertido y correcto, con el propósito de brindar un lugar para que pudieran concurrir las familias.


El Diario La Nación del 1 de octubre anunciaba la apertura en la sección TEATROS Y CONCIERTOS



2 de Octubre -1915 – La Nación

El Diario La Nación del 2 de octubre de 1915 reseñaba la apertura en la sección  TEATROS Y CONCIERTOS


3 de Noviembre de 1915

La sala del Teatro Esmeralda durante la función realizada a beneficio de los repatriados franceses.


5 de Noviembre de 1915


Diario La Nación


6 de noviembre de 1915

Se inaugura el cinematógrafo. Los espectáculos son funciones combinadas de cine y variedades que se promocionaban como «estrictamente familiares”.


17 de Noviembre de 1915


Diario La Nación

Nota: Es de destacar que  hasta el 06 de Noviembre el Teatro Esmeralda publica la cartelera en el rubro «Teatros» y a partir del 14 de Noviembre en el rubro «Cinematógrafos». Durante la época del Esmeralda la programación incluía lo teatral y lo cinematográfico.  


Es probable que esta forma de presentarse nuevamente en sociedad, haciendo énfasis en lo familiar, tuviera el propósito, de hacer olvidar los comentarios que había dejado la clausura sobre posibles actividades ligadas con la prostitución que habrían tenido lugar en el Scala.